Aplica el Método Científico a tu Vida
Mientras iba al trabajo, escuché una entrevista de Mel Robbins con el Dr. Rangan Chatterjee (muy recomendable, por cierto).
En ella, el Dr. Rangan compartió algo interesante: después de trabajar con miles de personas, se dio cuenta de que el éxito de sus pacientes no dependía tanto de la información que recibían, sino de cómo ajustaban su comportamiento y prestaban atención a cómo se sentían después de hacer pequeños cambios.
Un caso en particular me pareció revelador.
Un paciente suyo siempre se sentía cansado. No importaba cuánto durmiera, tenía la mente nublada y le costaba concentrarse. Además, pocas horas después de desayunar, volvía a sentir hambre y se ponía de malas.
Tras hacerle algunas preguntas, el Dr. Rangan notó un patrón: este paciente desayunaba cereal todos los días. En lugar de prohibirlo o demonizar el azúcar, le propuso un simple experimento:
→ Durante la siguiente semana, cambia tu desayuno por lo que usualmente cenas. Por ejemplo, cocina un poco más de salmón en la cena y guárdalo para la mañana siguiente. Solo quiero que observes cómo te sientes durante toda la semana.
El resultado fue sorprendente. Una semana después, el paciente regresó sintiéndose completamente diferente. Dijo que su energía se había mantenido estable, ya no sentía hambre tan rápido y su claridad mental en el trabajo había mejorado.
Y no, no tienes que desayunar salmón, pero este caso demuestra la importancia de experimentar con nuestra alimentación y hábitos en ciertas situaciones.
El Método Científico Aplicado a tu Salud
Aquí es donde entra el Método Científico en nuestra vida diaria. En lugar de seguir consejos genéricos, podemos analizar qué nos funciona mejor, enfocándonos en estos 4 pilares clave:
- Comida
- Movimiento
- Calidad de sueño
- Relajación o manejo del estrés
Enfocarse en estos pilares ayuda a evitar sentirse abrumado con demasiadas variables. Así es como puedes aplicarlo:
Observación
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Detente por un instante y pregúntate: ¿Cómo me siento? ¿Cómo ando de energía? ¿Cómo está mi digestión? ¿Cómo ando de ánimo?
- No necesariamente tiene que ver solo con tu alimentación, pero detenerte por momentos a hacerte estas preguntas, puede ayudarte a realizar pequeños cambios.
Plantear una pregunta
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Identifica un posible factor que afecte tu bienestar. Enfócate en solo 1 de los 4 pilares.
- ¿El estrés de la chamba está provocando esto? ¿Mi desayuno me está haciendo sentir así? ¿Aun necesito adaptarme a este horario? ¿He tenido oportunidad de hacer ejercicio?
Formular una hipótesis
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Plantea una posible solución.
- Si cambio mi desayuno por algo con más proteína, ¿tendré más energía?
- Si dejo el celular a las 7 p.m., ¿dormiré mejor?
Experimentar
- Durante la siguiente semana, busca realizar un pequeño experimento. No tiene que ser algo que mantengas el resto de tu vida. Es un simple experimento que tomará 1 semana. No pierdes nada y hay mucho por ganar.
Analizar los resultados
- ¿Cambió algo esta semana? ¿Mejoró algo?
- Determina qué ocurrió. Escucha a tu cuerpo.
Emitir conclusiones
- Reflexiona sobre lo que aprendiste. Si funcionó, intégralo de manera permanente. Si no, ajusta y prueba otra cosa. Lo importante es aprender a escuchar a tu cuerpo y encontrar lo que realmente te funciona.
La clave está en experimentar, no en seguir reglas rígidas. Lo que funciona para alguien más, no necesariamente funcionará para ti. Así que prueba, ajusta y encuentra tu propia fórmula.