En Busca de la Verdad
No les voy a mentir. No sé muy bien a dónde quiero llegar con esto.
Me gustó el título y quería ver qué sucedía. No prometo mucho. A ver qué pasa…
No puedo evitar pensar qué tan equivocado he estado respecto a tantos temas. Y al mismo tiempo, después de casi 34 años, cómo ha evolucionado mi entender de cómo funciona el mundo permitiendo navegarlo de mejor manera, pero aún así, no del todo alineado con lo que es real.
Al final, eso es la verdad de cada quien ¿no es cierto? Un marco de referencia que nos permite navegar el mundo, que nos permite tomar decisiones al poder determinar con mayor certeza lo que va a suceder. Lo que es “verdadero” para ti te permite predecir los resultados de cada acción que tomas.
Pero es aquí donde las cosas se pueden complicar un poco porque cada persona tiene una versión distinta de lo que es “verdad”, y lo que es verdadero para nosotros, nunca (o casi nunca) es lo que es real.
No creo en una vida o mundo determinista. No creo que haciendo la acción “A” siempre puedas esperar como resultado “B”. Más bien, es un mundo probabilístico donde, haciendo “A” existe la posibilidad de que suceda “B”, pero no siempre es así.
Nuestro cerebro se alinea más con una visión determinista de las cosas. Él cree que realizando cierta acción siempre tendremos el mismo resultado. Esta “verdad” con la que operamos es resultado de todas las acciones y los resultados que se han generado a través de nuestras vidas.
Cada idea, cada acción ha desencadenado una serie de eventos. Estos eventos generaron en nosotros muchísima información a través de nuestras emociones. Con esta carga emocional, comenzamos a otorgarle un valor a cada acción por cómo nos hicieron sentir en ese momento. Si la experiencia fue negativa, difícilmente verás repetirse dicha acción y sucede lo contrario si la experiencia fue positiva. Pero ese accionar olvida por completo el hecho de que no siempre sucederá lo mismo aunque la acción sea casi idéntica. Aquí es donde vemos ejemplos de gente que no come algún alimento porque de chicos se sintieron mal cuando lo hicieron.
Acción “A” = Comer mariscos
Resultado “B” = Me sentí mal
“Mi Verdad” = Comer mariscos me hará sentir mal
Escuchaba un podcast el otro día de Josh Waitzkin, un niño prodigio para el ajedrez que después pudo replicar el mismo éxito en otras disciplinas. Pero él mencionaba que son raros los casos de niños prodigios que, después de haber sido increíblemente exitosos en una área, pudieron replicar ese mismo éxito en alguna otra. Lo mismo sucede con personas en cada ámbito profesional y personal.
Creo que el error es no darse cuenta que, las acciones que tomaron para un área, no necesariamente se trasladan a todas las demás. Esperan que “A” siempre se convierta en “B” cuando en realidad eso solo iba a suceder el 10% del tiempo. Ese 10% que pertenecía a cuando ellos alcanzaron el éxito por primera vez.
Hay cientos de variables que, cuando lograron ser exitosos en una determinada área, se alinearon para que eso sucediera. Pero si operas de la misma manera en todo lo demás, difícilmente sucederá lo mismo porque no todo estará alineado de la misma manera.
En el ejercicio sucede algo similar e interesante. La gente cae una y otra vez en este ciclo. Le sucede mucho a los principiantes o aquellas personas que comienzan un nuevo programa de entrenamiento. Al ver resultados, generados principalmente por hacer algo distinto a lo que venían haciendo, se produce esta falsa creencia, esta “verdad” de que ésta debe ser la mejor manera de obtener resultados.
Acción “A” = Nuevo programa de entrenamiento
Resultado “B” = Cambios físicos que no habían visto en un tiempo
“Mi Verdad” = Este modo de entrenar debe ser superior a todos los demás
Este cambio físico genera un marco de referencia nuevo donde la acción (A) siempre va a generar mayores resultados físicos (B). Después de un tiempo de hacer lo mismo, se darán cuenta que esto no es así. Y existen dos opciones: 1) los hará pensar que la acción “A” no es la panacea que creían. La tirarán en el olvido y nacerá la búsqueda de una nueva acción que, si da resultados, creará otra falsa ilusión. O, 2) se darán cuenta lo que sucedió realmente: “A” da como resultado “B” siempre y cuando se juntan muchas variables, una de ellas, el estímulo fue totalmente distinto a lo que venían haciendo. Por lo tanto, para que “A” funcione nuevamente, se tienen que dar exactamente los mismos factores. Algo que difícilmente sucederá, al menos, no en el corto plazo. Para seguir progresando, se deberá cambiar alguna de las variables, en este caso, el estímulo al entrenar.
Esta complejidad es lo que paraliza a la gente. En el gimnasio es una cosa, las variables se pueden reducir “fácilmente” cuando se entienden, pero en los negocios, las relaciones, la paternidad, la complejidad se vuelve tan grande que no sabes qué hacer. Hay cientos de caminos y opciones. Por lo tanto, se vuelve increíblemente difícil, si no es que imposible, poder predecir cómo funciona el mundo y qué resultados podemos esperar al tomar ciertas acciones.
La gente con mayor éxito en los negocios tiene la capacidad de extraer las variables más importantes de la mezcla y determinar cuáles son las más importantes. Al mejorar una de ellas, se mejoran todas las demás. Aplicando el método científico, y realizando cientos de iteraciones, pueden discernir aquellas variables en las que debe concentrar mayor esfuerzo y recursos. No es que tengan una bola mágica; en realidad, es que tienen la capacidad de hacer miles de pruebas rápidamente lo que les permite descartar lo que no funciona y mejorar aquello que sí. Algo difícilmente aplicable a muchas otras áreas ya que no se pueden acelerar ciertos procesos.
Al final, la capacidad de desarmar un problema muy complejo en todas sus partes y detectar cuál de estas tendrá el mayor impacto en todas las demás, es una capacidad que pocos son capaces de desarrollar. Y si lo hacen, se da en solo una área de su vida y no en todas las demás. Generalmente, las personas que alcanzan la maestría en algún rubro no logran replicarlo en otro.
Atletas que intentaron cambiar de deporte y fracasaron.
Empresarios que fueron brillantes en un negocio pero fracasaron al diversificarse.
Científicos o académicos brillantes que intentaron incursionar en la política sin éxito.
Influencers que intentaron emprender y no lograron tener éxito.
Lo que busco es que reflexiones sobre lo que vienes haciendo en cada área de la vida. Tu “verdad” fue creada a partir de cómo te sentiste resultado de ciertas acciones. Pero, ¿qué tal si solo fue porque se alinearon ciertas variables? ¿Podría suceder lo mismo el día de hoy? Lo que creo ser verdad, ¿es real o solo me ha permitido navegar el mundo hasta ahora?
No sé si lo que escribo aquí resuene con algo por lo que estás pasando, pero creo que es bueno preguntarse a veces: ¿y si todo lo que creía sobre (inserta tema) estuviera equivocado? Hacerlo te permite ver las cosas desde una nueva perspectiva, te permite reflexionar sobre lo que te dio resultados y por qué. Te permite seguir en Busca de la verdad y poder navegar de mejor manera el mundo.
¿Alguna vez te has detenido a pensar en todo lo que tuvo que pasar realmente para que las cosas sucedieran tal y como lo hicieron? La verdad es que he estado reflexionando mucho sobre esto. He tenido éxito en áreas donde muchísima gente añora hacerlo, pero en algunas otras, lo que yo consideraría éxito, se me ha escapado de las manos.
Quizá, lo que yo creo y creía ser verdad, no es en realidad lo que da resultados. Supongo que no tengo otra opción más que poner esta verdad a prueba, y de ser necesario, fabricar una nueva que me permita navegar el mundo de mejor manera. O quizá, tengo que pensar mucho mejor el siguiente tema del Newsletter.
Nos vemos la siguiente semana.
