Tus acciones deben reflejar la trayectoria que buscas, no tu situación actual
No puedo ser el único al que le ha pasado esto.
Llegas el viernes a casa después de un largo día de trabajo, y no sabes en qué momento se te escapó la semana por completo. Exhausto por el ritmo de la vida diaria, reflexionas acerca de los últimos 5 días, y no sabes muy bien si progresaste, si te acercaste a tus metas, o simplemente, te quedaste en el mismo lugar.
Como la corriente de un río, tus responsabilidades y obligaciones te arrastran hasta dejarte fatigado, y quizá, en el mismo punto donde iniciaste, o peor aún, en un lugar en el cual no tenías intención alguna de llegar.
La Situación Actual de nuestras vidas nos atrapa.
Es como si dejáramos ir las manos del volante y activamos el piloto automático para que se encargue de todo. El problema suele ser que la dirección en el GPS no la pusimos nosotros, la puso alguien más.
Supongo que es normal que suceda esto en distintas etapas de la vida. Hay momentos donde ciertas responsabilidades pueden tomar las riendas de tus acciones. Pero si tus acciones son solo reflejo de tu Situación Actual, puedes terminar perdiéndote a ti misma/o.
Tus acciones no deberían ser sólo reflejo de tu Situación Actual, deberían ser reflejo de a dónde te quieres dirigir, de la Trayectoria que quieres tomar. Porque de otro modo terminamos viviendo bajo las expectativas de todos los demás. Terminamos tratando de escalar las montañas equivocadas.
Romper la inercia de lo que vienes haciendo no siempre es sencillo, pero solo necesitas un paso para cambiar la trayectoria.
Imagina dos aviones despegando desde la Ciudad de México. A simple vista, parece ser que ambos se dirigen hacia el mismo destino. Pero existe una diferencia imperceptible en su dirección: tan solo 3 o 4 grados.
Durante un tiempo, parece ser que ambos aviones vuelan juntos. Pero conforme pasan las horas, estos se separan y terminan en ciudades totalmente distintas: uno termina en Los Ángeles y el otro en San Francisco. Un cambio sutil, a veces imperceptible para todos los demás, tiene el poder de dejarte en un destino totalmente distinto.
Una elección más consciente.
Un pequeño cambio en tu alimentación.
Una caminata diaria después de comer.
Una conversación que evitamos o decidimos tener.
Un pequeño depósito a tu cuenta de inversiones.
Un párrafo escrito para ese futuro libro.
Son cosas imperceptibles ante un primer esfuerzo. Lo mismo sucede con esos 3 o 4 grados al despegar. Pero al pasar los días, al pasar el tiempo, esas acciones ya no reflejan tu Situación Actual y comienzan a reflejar hacia dónde te quieres dirigir, comienzan a reflejar esa nueva Trayectoria.
A veces, eso es lo único que necesitamos para cambiar la inercia de las cosas, eso es lo único que se necesita para cambiar la corriente del río. Una pequeña acción que empiece a marcar el rumbo, una pequeña acción que refleje esos 3 o 4 grados.