Ver la comida por si “engorda o no” no está permitiendo que progreses.
En psicología, existe un fenómeno llamado Pensamiento Dicotómico.
Éste se caracteriza por clasificar las experiencias y situaciones en dos categorías totalmente opuestas. En otras palabras, se tiende a ver las cosas como “blanco o negro”, “todo o nada”, y en el caso de la comida “buena o mala” ó “engorda o no engorda”.
Este fenómeno impide a la gente ver todos los matices que existen al enfrentarse a cualquier situación. Y si algo puede tener la compleja relación con la comida, es que existen matices, y para mejorar la relación con ella, es importante poder navegar a través de estos.
Échale un ojo a este post de The Macro Wizard, en verdad vale la pena.
En el post, vemos una dona por sí sola. Normalmente, la gente calificaría este alimento como malo y que engorda, pero cuando se aleja la imagen, vemos que la dona es SOLO UN alimento del resto que consumimos en el día.
Y si en el resto del día comiste vegetales y buenas fuentes de proteína, pues parece ser que esa dona ya no es tan mala como parecía ser en un principio.
Hay alimentos que te proporcionan nutrientes para rendir al máximo y maximizar tu longevidad.
Un buen pedazo de salmón con una ensalada de nopales y aguacate será una comida difícil de vencer en cuanto a nutrientes, fibra y proteína.
Pero compartir una rebanada de pastel de chocolate con tu pareja en su aniversario, te dará cosas que el salmón simplemente no podrá lograr.
Sí… hay alimentos que te proporcionan nutrientes, pero hay otros que te darán historias, experiencias únicas y conexión con las personas que amas.
La única forma de tener una alimentación sostenible para siempre es aprendiendo a navegar por estos matices.
Cuando ves tu "dieta" como un TODO y no cada alimento de forma individual, dejas de ver cada cosa como “mala” o que “engorda” porque te das cuenta que es tan solo una gota en el vasto océano que representa tu alimentación.
En mi opinión, ¿sabes cuál es la mejor forma de navegar esos matices?
Aprende qué es lo que necesita tu cuerpo en cuanto a proteína, fibra, grasas saludables y otros nutrientes para maximizar tu salud, rendimiento y longevidad. Con el tiempo, a base de prueba y error, descubrirás la mejor forma de darle esto a tu cuerpo en tu propia vida.
Una vez que le das esto a tu cuerpo, puedes permitirte disfrutar lo demás sin culpa porque sabes que estás cubriendo lo esencial.
Y cuando lo esencial está cubierto, hay espacio para el disfrute, para la flexibilidad, para vivir.
Esa es la clave: no buscar la perfección, sino encontrar un equilibrio que funcione para ti y que puedas sostener en el tiempo. No se trata de ser perfecto, sino de ser constante.
Y en ese camino, dejar de pelear con la comida y empezar a convivir con ella.