Lo haré cuando esté menos ocupada/o
Si existe algo para lo que TODOS somos buenísimos, es para engañarnos a nosotros mismos.
Creemos que todas nuestras acciones y decisiones se basan en la lógica, pero la historia es algo distinta.
Nuestro cerebro tiene dos “voces”:
Una rápida, emocional e impulsiva, que actúa desde el instinto (sistema límbico).
Y otra lenta, lógica y analítica (corteza prefrontal), que llega después solo para explicar por qué hicimos lo que ya habíamos decidido hacer. En otras palabras, esta “voz” llega para crear una historia que nos haga sentido y nos haga creer que tenemos el control.
Nos comemos el pastel y luego nos convencemos que “nos lo merecíamos”.
Compramos algo caro y nos engañamos diciendo que “era una buena inversión” o “no podíamos desaprovechar ese oferton”.
Yo lo hago, tú lo haces y todos lo hacemos. Simplemente, así es como funciona el ser humano.
De todas las historias que creamos, el “estoy muy ocupado”, es sin duda de mis favoritas, y más cuando se trata de tu salud.
Déjame contarte por qué no tiene sentido alguno. Si te das cuenta de esto, quizá ya no podrás engañarte tan fácil más adelante.
LA SALUD NO TIENE META. NO ES UN ELEMENTO QUE PUEDES TACHAR DE UNA LISTA.
Existen proyectos con un principio y un fin:
Colgar las fotos familiares en los marcos que compraste hace 2 años.
Limpiar el garaje donde has acumulado más basura que la actual plantilla de las Chivas 🫢.
Preparar tus ya famosas galletas con chispas de chocolate para el festival de baile de tu hija o hijo.
La salud NO ES uno de estos proyectos. NO TIENE UN FINAL.
No puedes perder 10 kilogramos cambiando tu alimentación para luego regresar a comer como lo venías haciendo previo a los cambios. Esos 10 kg llegarán a tu vida antes que las notificaciones del SAT,
No puedes ir al gimnasio, subir de músculo y dejar de ir. El músculo va a desaparecer más rápido que las donas que llevaron a la oficina.
No puedes acostarte temprano, dormir bien una noche, y esperar que al día siguiente no sea necesario. Y no me hagas hablar de ello si tienes más de 30 años; “apenas son las 10”, se convierte automáticamente en: “no manches, ya son las 10”.
Si la salud no tiene meta, ¿no valdría la pena comenzar a desarrollar ciertos hábitos lo antes posible?
Esperar a “no estar ocupado” para comenzar a cuidar de tu salud es lo mismo que comenzar a invertir hasta los 60 años. Sin duda vas a ver beneficios, pero te vas a perder de todo el interés compuesto de haber comenzado antes.
Si sigues esperando, quizá sea demasiado tarde más adelante.
DAS POR HECHO QUE TUS CIRCUNSTANCIAS VAN A CAMBIAR.
¿Cuánto tiempo llevas ocupada/o?
¿Por qué asumes que las cosas serán distintas en el futuro?
Si vemos el historial de gran parte de las personas, podríamos decir que todo el tiempo han estado ocupadas. O para decirlo en otros términos, le han dado prioridad a otras áreas de su vida.
Y ojo, esto no es emitir juicio alguno. Si yo hubiera invertido en algún negocio el tiempo y dedicación que he hecho en ir al gimnasio y comer adecuadamente, muy probablemente sería millonario en este momento.
¿Has escuchado de la Ley de Parkinson?
En 1955, Cyril Northcote Parkinson estableció la siguiente ley: “el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine.”
En otras palabras:
No importa cuánto tiempo tengas, siempre estarás ocupado. O aplicado a otras áreas…
No importa cuánto dinero ganes, siempre parecerá que falta.
No importa cuántos compromisos sueltes, pronto encontrarás otros con qué llenar el espacio.
Estar ocupado puede ser en realidad una ilusión. Simplemente, estamos llenando el tiempo disponible porque así funciona la mente. El espacio libre nos incomoda. En cuanto se abre un huequito por ahí, corremos a llenarlo con algo: trabajo, distracciones o cualquier otra actividad.
Toda la vida estarás ocupado, pero tienes que decidir en algún momento si aquello que te mantiene ocupado es tu salud o cualquier otra cosa con la que puedas llenar ese espacio.
¿NO ESTARÁS OCUPADA/O EN EL FUTURO?
Digamos que sí estás increíblemente ocupada/o. No quiero insinuar que esto no suceda (no me golpeen madres y padres de familia).
Veo a mi hermana que está estudiando, trabajando y terminando su servicio social, y pienso: ella sí está increíblemente ocupada en este momento de su vida. No la puedo culpar si no está siendo tan constante en el gimnasio o su alimentación.
Pero dime algo, ¿no crees estar así de ocupada/o más adelante en tu vida?
Si la respuesta es: probablemente sí, ¿no sería bueno desarrollar dichos hábitos en este momento?
La mejor forma de prepararte para una competencia (o lo que sea realmente) es realizando los ejercicios e imitando las circunstancias con las que te encontrarás en la competencia.
¿Quieres realizar un Hyrox? Pues realiza los ejercicios que encontrarás en el Hyrox.
¿Quieres correr un triatlón? Pues tendrás que comenzar a nadar, desempolvar esa bici vieja y ponerte a correr.
¿Quieres dar un discurso en público? Es momento de pararse frente al espejo y comenzar a practicar entonación y ritmo.
¿Quieres mejorar tu salud estés o no ocupado/a? Pues comienza a trabajar ciertos hábitos cuando lo estés. Imagina lo sencilla que será todo cuando finalmente desocupes esa ajetreada agenda.
Entiendo lo difícil que puede llegar a ser implementar estos cambios. No siempre fue fácil para mí. Pero una vez que te das cuenta que, el fin no son los hábitos, sino lo que estos hábitos provocan en el resto de tu vida, nunca estarás lo suficientemente ocupada/o para dejarlos nunca más.