🤔 Idea a Considerar
La “Consistencia” no es lo que crees.
“La vida cambia, y con ella, los hábitos deben cambiar también.”
Por mucho tiempo, creo que me costó trabajo entender esto con mis clientes. Creía que, el no poder mantener una rutina de entrenamiento o un régimen alimenticio, era una falla de carácter y falta de disciplina de ellos, y no lo que era en realidad, la falta de capacidad mía para darles las herramientas adecuadas. Desafortunadamente, creo que les falle a varios al no haber comprendido cómo ayudarles mejor.
Tener éxito como entrenador no se trata de hacer perder unos kilos a alguien antes de un evento. Se trata de ayudarlo a desarrollar hábitos que propicien una vida más saludable para siempre sin importar lo que “saludable” signifique para esa persona o para el momento de vida en el que se encuentra.
Teniendo esto en mente, quiero hablar de la “consistencia” y cómo nos hemos equivocado con ella.
Todos hemos oído hablar de la consistencia y de su importancia para obtener resultados positivos en cualquier área de la vida. Sin ciertas acciones repetidas a lo largo del tiempo, difícilmente podremos alcanzar nuestras metas. Pero en mi opinión, creo que la hemos entendido de la forma incorrecta.
Cuando la gente habla de consistencia, siempre sale a la luz su pariente cercano “la disciplina”. Influencers, entrenadores y coaches, nos han hecho creer que la consistencia se trata de ser absolutamente disciplinado, decidido e inquebrantable.
Si no vas al gimnasio todos los días, no eres lo suficientemente disciplinado.
Si le entraste al pastel de la oficina por el cumpleaños de la contadora, no estás decidido y no lo quieres lo suficiente.
Si “rompiste la dieta”, es una falla de carácter y nunca obtendrás resultados.
Pero como cualquier persona que lleva más de 10 años entrenando te lo podrá decir, la teoría es muy distinta de la práctica.
En la práctica, para cualquier objetivo que tengas, la consistencia no se trata de una disciplina inquebrantable, se trata más bien de tener la capacidad de ser adaptable con nuestras acciones.
Déjame explicarte un poco a qué me refiero.
¿No tienes mucho tiempo para entrenar? Redúcelo.
¿No tienes mucha energía para leer 20 páginas? Lee 5 el día de hoy.
¿Tu meditación dura 45 minutos y tienes un Zoom pronto? Haz la versión corta, haz la versión fácil.
Según las circunstancias en las que nos encontremos, debemos encontrar distintas formas de presentarnos ante la vida. La clave de la consistencia no se encuentra en cambiar nuestro día para satisfacer ciertos hábitos, sino en cambiar los hábitos para satisfacer las exigencias del día. Por lo tanto, la adaptabilidad es el único camino hacia una consistencia duradera.
¿Sabes qué es lo más curioso de todo esto?
Cuando aprendes a adaptar tus acciones de acuerdo a las circunstancias actuales en las que te encuentras, terminas progresando más. Podrás avanzar más lento en ocasiones, pero nunca dejarás de hacerlo. Eliminas por completo esta mentalidad de “todo o nada”. O voy y hago mi rutina de 2 horas en el gimnasio, o mejor no voy. O hago la dieta perfectamente, o me dejo ir por completo y le llamó “cheat day” o “día de trampa”. O hago absolutamente todo bien, o mejor, no hago nada.
Si fueras en la carretera, y al pasar por un bache se te ponchara una llanta, no te bajarías a ponchar las otras 3. Pero cuando se trata de nuestra salud, hacemos exactamente eso.
Como me comí una rebanada de pizza, pues ya mejor me como 6 más.
Como el lunes no fui al gimnasio, pues ya no voy el resto de la semana.
No importa que tan pequeño sea el paso que des, lo que importa es que busques dar ese pequeño paso sin importar las circunstancias en las que te encuentres.
¿Estás cansado para cargar pesado hoy? Dedica 30 minutos a estirar.
¿Te da flojera cocinar algo saludable? Encuentra la versión sencilla sin salirte mucho de tu alimentación.
No importa cuál sea el objetivo, siempre hay versiones fáciles de ese hábito que buscas desarrollar. Y cuando descubras cuales son (puede ser distinto para cada quien), ser consistente no será cuestión de solo ser disciplinado, sino de adaptabilidad.