🤔 Idea a Considerar
Una mala experiencia es tan solo el inicio de la más hermosa historia.
La semana pasada recordé cuando pisé un gimnasio por primera vez hace más de 17 años.
Fue terrible.
No sabía qué hacer.
Me costaba trabajo levantar hasta la mancuerna más ligera.
Y a pesar de no haber hecho mucho, me dolía todo el cuerpo al día siguiente.
Aquí es donde mucha gente se detiene, ¿no es cierto? Basta una mala experiencia en el gimnasio para convencerte a tí mismo que esto no es para ti. Comienzas a contarte una historia justificando una emoción totalmente válida, pero me atrevo a decir que es falsa y que solo te limita.
…Estoy muy ocupado ahora.
…No me quiero poner grandota.
…No vi progreso alguno, esto no es para mí.
…Siento que me juzgan.
…No sé cómo utilizar el equipo.
…Comienzo el próximo mes.
…No disfruto hacer ejercicio.
Piensa en cualquier otra área de tu vida.
¿Qué habría pasado si te hubieras detenido después de una mala experiencia? No habría relaciones de pareja. Nadie se atrevería a hablar en público. No existirían los negocios. El platillo más delicioso nunca se habría inventado. Sencillamente, no harías nada nunca.